29.9.05

Sueño de hoy

Carreteando. Estamos en un bar muy grande, más parecido a una disco. Pronto tocará una banda en vivo. El local posee varios pisos. Salgo del local por la escalera de acceso. Es de noche en algún balneario creado en el subconciente. Un paisaje tornasolado. Entorno nítido límites borrosos. Calles acojedoras de tierra, una avenida costera interminable. Quebradas y cerros con casas playeras y mucha gente. El ambiente es propicio y ameno. Se ve que está "todo pasando". Voy directo, me desenvuelvo en el lugar conocido. Una move, tramite sin percances ni imágenes que recordar. Vuelvo corriendo al local con la empanada en la mano.
"Yo estaba adentro" le digo a un guardia. Mesón grande con tres encargados, gente en una cola desordenada. Comienzo a subir y converso con un loco.
-
"qué llevas en la mano"
- "mmmm".
- "para qué lo escondes si aca no pasa nada"
- "es que llevo llenos los bolsaillo"
- "jaja estas moviendo"
-"nooo, para nada!!"
Entro en los baños. Paredes verdosas y algo roidas, servicio extraido de galpones de carretes bizarros de otros sueños. Laberinto de puertas que esconden casetas infimas y asfixiantes. Luz que entra por ventanas laterales en altura. El piso enlacado en una delgada capa brillante y viscosa. Mala distribución de espacios. Olor rancio a orina. Al fijarme, el baño esta copado de mujeres. Señoras mayores y sus hijas. Clases sociales revueltas en un baño público de balneario. -"Este es el baño de varones" acevero.- Nadie parece escucharme. Una niña saca agua con un rápido movimiento de mano de un urinario en la pared arrojandoselá a la cara. -"le digo que no haga eso". Comienzo a orinar en ese mismo sitio. Las situación es tan confusa que no creo q se percaten de mi. Me entero que el baño de mujeres no funciona.
Ahora estamos en una terraza de cemento. Es parte del bar. El escenario esta a un lado de nosotros en la playa misma. De fondo un mar enorme y un cielo azul rosa. Hay mucha gente en la arena. Nosotros como cesares esperando el espectáculo. Tiramos la talla. Divertidos amigos. Expectativas hetereogeneas reforzando cada pilar del grupo -"Qué tocan estos locos" -"Black metal melódico". Los musicos metaleros en un gran escenario. Sentados en una actitud muy pasiva y algo de culto que choca con su imagen externa alocada. Comienzan una serie de introducciones muy experimentales. El metal no llega. Lo que escucho me gusta y sorprende. La gente reunida en la arena se agrupa en dos cúmulos separados. Uno bajo el escenario a nuestra derecha, el otro a nuestra izquierda. Efecto pandilla. Frente a nuestra terraza solo hay arena y el mar de fondo. El grupo bajo el escenario no mira a la banda, sino todos fijamente al grupo que tienen en frente. Un emisario de cada bando se dirige hacia el centro. Jovenes cuicos rastas. Se hacen señas extrañisimas. Pandillas sofisticadas bajo un cielo cambiante. La banda sigue sus improvisaciones suaves que comienzan a tornarse algo étnicas. Derepente vuelan dos paraguas cerrados que caen cada uno en las manos de estos líderes. Comienzan una danza. Coreografía pseudo discotequera o country, que se contagia al vecino. Planeados movimientos reiterativos. El espectáculo es bizarro y lastimero. Con mis amigos tiramos tallas -"qué onda esto, es como la macarena", -"todos a aprenderse los pasos cauros". Esta danza que ejecutan tiene aires marciales. El paragua pasa a ser protagonista. Uno de los lideres rastas se deshace en sus rápidos movimientos. Una mezcla entre capoeira y fanza contemporanea. Desaparición Houdiana en danza viva. Solo el paragua deja adivinar su ubicación y movimientos.
El aire comienza a agitarse. Sensación denza que muta colores, formas y rostros. Me asusto, esto trae algo más que un duelo ridículo y barato entre pandillas playeras. Mientras la danza rara crece en intensidad el mar comienza a recojerce. Redes cristalinas arremangando el mar azul intenso. -"qué mierda pasa
". La incomprención alarga caras entre los que estamos en la terraza. Veo una escalera lateral. Presiento que va a pasar algo extraño. Un sexto sentido revolviendo el estómago y las neuronas. Quién nos elige para presenciar este espectáculo.
El mar comienza a liberarse en olas crecientes. El pánico se apodera de todos. Olas en una carrera loca por sobrepasarse. Algunos escépticos esperan hasta que el agua llega a sus pies sobre la terraza para arrancar. Yo bajo rápidamente por una escalera lateral a mi izquierda. Me dirijo corriendo hacia el cerro que esta cruzando la calle.. A cada giro de cabeza las olas son más grandes. Pies que resbalan en la tierra. Polvo que se eleva en confusión. De fondo se ve una mayor, la que no queriamos ver.. Muro azul y blanco tres veces sobre sus antesesoras. Ola madre de destrucción. Miro desesperado hacia los cerros, sus casas y calles en complejo desorden para un afuerino. Veo una escalera que sube vertical hacia el cielo. Madera delgada, como de palos, sube unos 50 metros. El cerro alejando sus casas en ángulo creciente. Asciendo por ella en fila con una señora gorda y su hijo moreno y rechoncho. El mar comienza a espolonear la base de esta. Los tres en sucesión pánico vertical. El cerro difuso, el mar como ente amenasador y opresor. Toda su fuerza en una arremetida contra pobres mortales. El dueño del mundo demostrando que sigue siendo un dios. La escalera se tambalea con cada embestida.
Miro hacie el mar y cerca de donde antes estaba la orilla una ola deja entrever una enorme cola de ballena. Cuerpo mítico enterrado en la arena, o bajo un metro de agua, solo un aletazo lento que poco a poco se transforma en gigantes gualetas de hombre rana. Una mutación de post producción digital.
Despierto asombrado, libero la información de inmediato a mi pareja entre sueños. Ella ríe, yo tambien.