Un Jueves

Fué una noche cargada de amigos. De ventarrones que no dejaban nada en pié y gotas que atentaban contra ventanas en una anarquía ennegrecida. Licores chechenos sacando sonrisas y chispas en un plasma de metal nórdico. La "amarilla" sacando sus garras pro cerebrales. Nosotros luchando por los anzuelos que colgando nos levantaban cerebro arriba. Avda España, apretones, vueltas e indecisiones. La noche fría y humeda y negra. Ojos obtusos y miradas borrosas. Rock, peleas, estacionamientos, movimientos, peleas, estacionamientos, de vuelta, Avda España, apretones, vueltas e indeciciones. La noche fría y humeda y negra.

Entramos a algo parecido a un sueño. Calidez humana, alegría desbordante, mujeres brillantes de formas que gustan a Ultra. Conversación y tragos. De una nube cada vez más densa aparece la figura fantasmal de un rercuerdo no olvidado. Muñeca de piel fina de matices azulados. Mirada perdida en pensamientos insoportables. Movimientos que tajean tu estómago en base a ritmos tribales y saltones. De a poco comienza a brillar cada vez más. Su imagen de porcelana se torna poco definida. La veo a través de un cristal antiguo. Comentarios de amigos malintencionados prenden de manera incivilizada mi mente. Unas ganas de control total invaden mi influenciada mente. Conversaciónes e invitaciones. Sonrisas y una mirada de antaño. Insinuaciones. Rápidamente el entorno desaparece.... Sólo una cosa importa...

Invitación de gente extraña. Caras amables que prometen un peligro desconocido. Una escena de irreponsabilidad compartida. Todos estamos en la misma. Ellos invitando a locos desconocidos y nosotros aceptando. 4 am y subimos escaleras interminables. Nos tiramos en un sillon pero la palabra se vuelve peligrosa. Nos vamos, ni cinco minutos y estamos fuera del departamento.

¿Caminamos?.... La noche avanza lenta, aletargada. Las calles plastificadas de un negro brillante bajo una bruma anaranjada. Vehiculos a velocidades ridículas por estos senderos curvosos. El camino se hace dificil y nos enredamos en agarrones, cumbres, cariños y besos desproporcionados. Cada vez las detenciones son más largas y escandalosas, atenuadas sí por la soledad de un anteamanecer lluvioso. No aguantamos más, los besos llevan a caricias bajo nuestra ropa. Algo pasa ya que no me deja desabrochar su pantalon. Las horas pasan y debo ir a clases. En una curva ella desfallece, sus ojos negros de muñeca miran por fin directo a los mios por unos segundos. Desabrocha mi pantalon y me toma como me gusta. De una manera poco habitual en ella. La tarea abrazadora que te lleva de dimensión a un sueño que se funde con lo etílico. Estoy flotando. Me pierdo en la lujuria. Las ventanas que nos miran y las luces fugaces de rostros que pasan en la sombra no me asustan. De una inclinación incómoda pasa a posar sus rodillas sobre la tierra mojada. Esto en vez de molestarla la insita a más. Yo apoyado en cal perdido en el cielo que nos cubre.
Una noche en que se confundió el amor con la lujuria. Pensamientos impensados. ¿Qué estamos haciendo?. ¿Reviviendo un momento jamás vivido?, ¿aferrándonos a algo que nos salvará?, ¿sólo disfrutando un momento que construimos juntos esta noche?.

Todo o nada. Me gusta esto. Termino peor. Me gusta tanto.

Tenemos que seguir......... .